Igor, «El ruso», un peligroso criminal puesto a buen recaudo
Es conocido como Igor, «el ruso», aunque su verdadero nombre es el de Norber Feher, un peligrosísimo criminal y delincuente que sembró el terror, el pánico y la desolación en la comarca de Andorra-Sierra de Arcos en la que actuaría con una desmedida violencia, dejando en su trágico deambular el saldo de tres personas asesinadas y dos heridas. Este hombre es un antiguo militar serbio, nacido en la ciudad de Subotica en el año 1981, al norte de Serbia, que había formado parte del Ejército de su país, especializándose en la guerra de guerrillas, además de ser un perfecto conocedor de las tácticas de supervivencia, que le resultaron muy útiles para escurrirse de los agentes de la Guardia Civil, así como para perpetrar robos en diversos domicilios.
El anochecer del 14 de diciembre de 2017 se convertiría en trágico para quienes residían en la pequeña localidad de El Saso, el lugar que había elegido Norbert Feher para abastecerse de algo de comida. Al terrible criminal no le temblaba el pulso a la hora de empuñar el arma y no dudaba en disparar a matar llegado el caso, como así terminaría sucediendo. En la Masía de los Iranzo, como cada jornada, el padre de José Luis Iranzo había terminado ya sus faenas y se dispuso a llamar a su hijo para que le fuese a buscar como hacía todos los días, pero ese día el teléfono de su vástago se encontraba fuera de cobertura, por lo que no le fue posible comunicarse con él. Pretendía advertirle de que la luz de la casa estaba encendida y que se escondiera al igual que había hecho él, pues en su domicilio había entrado el peligroso militar serbio que había dejado dos heridos en fechas precedentes. Al darse cuenta de esta circunstancia, el patriarca de los Iranzo llamó a los agentes de la Guardia Civil para que se personasen en el lugar. En un primer momento, había escuchado dos disparos. Se supuso que el criminal, que no dudaba ya que era Igor, «El ruso» se había ensañado con el perro que guardaba la finca, sin embargo aquellos tiros habían terminado con la vida de su hijo, José Luis Iranzo, de 39 años de edad. Además, escuchó el coche de su hijo, que en ese momento estaba siendo conducido por el agresivo y atroz asesino. Hay quien dice que Norbert Feher no vio al progenitor de su primera víctima porque era noche cerrada, de lo contrario todo parece indicar que hubiera corrido la misma suerte que su vástago.
Dos guardias civiles asesinados
Igor, «El ruso», conducía a toda velocidad el mitsubishi pickaup de su primera víctima cuando se cruzó con los agentes de la Guardia Civil Víctor Romero y Víctor Jesús Caballero. Aquí pudieron haber ocurrido dos cosas. O bien el serbio disparó desde el vehículo sustraído contra los dos miembros de la Benemérita, o puede ser que estos dos últimos le diesen el alto y el terrible asesinó no dudó en empuñar de nuevo su arma para acribillarlos a tiros. Desde su escondite, el padre de Iranzo, ajeno a lo que realmente había ocurrido, escuchó de nuevo el silbido de las balas que terminaron con la vida de dos hombres de 30 y 38 años respectivamente. Al percatarse de aquellas detonaciones, llamó de nuevo a la Comandancia del la Guardia Civil de Andorra solicitando más efectivos, pues había oído de nuevo los balazos que en esta ocasión habían terminado con la vida de dos agentes. Norbert Feher robaría las armas reglamentarias de los fallecidos y proseguiría su huida con dirección a Andorra.
El padre de José Luis Iranzo desconocía lo que realmente había pasado cuando salió de su escondite y contempló como entraba una patrulla de la Guardia Civil, quien no le permitió acceder al lugar de autos. Un agente se limitó a informarle que un peligrosísimo delincuente había asesinado a dos compañeros suyos, además de una tercera persona, que resultó ser su hijo, dándose inmediatamente cuenta de lo que había sucedido, y que el perro no era la víctima de aquel delincuente sino su propio vástago.
A partir de ese momento se inicia un dispositivo con el objetivo de localizar a Norbert Feher, aunque hay ya muchas críticas contra la Subdelegación del Gobierno de Teruel por no haberlo hecho antes, cuando habían resultado heridas dos personas en las proximidades del lugar donde había perpetrado la horrible matanza.
Herido y borracho
Doce horas más tarde de haber perpetrado el triple crimen, Igor «El ruso» tendría un accidente con el vehículo que había sustraido a José Luis Iranzo, a 70 kilómetros del lugar donde había asesinado a tres personas, ya en la demarcación provincial de Castellón. El vehículo que conducía había sufrido un accidente entre las localidades de Cantavieja y Mirabel en la carretera A-226. Presentaba algunas heridas de carácter leve y se encontraba armado hasta los dientes. Llevaba dos pistolas, una preparada para ser accionada en cualquier momento, además de un machete. Los agentes que procedieron a su detención manifestaron que se encontraba muy tranquilo, además de preguntarle si había bebido a lo que respondió afirmativamente. Su test de alcoholemia arrojaría una cantidad de 0,47 mililitros de alcohol por aire espirado, casi el doble de lo permitido, una infracción por la que cualquier ciudadanon se vería obligado a satisfacer una multa de 500 euros, además de ser sancionado con la pérdida de cuatro puntos.
Los agentes que procedieron a su detención actuaron con suma cautela, dados los antecedentes del peligroso delincuentes. No obstante, no le dieron opción de ningún tipo, ya que además de inmovilizarlo, le pusieron los grilletes y le leyeron sus derechos. Además, le realizaron una serie de preguntas que Norbert Feher se negó a contestar.
Prisión permanente revisable
El perfil psicológico de Igor, «El ruso», que también había cometido un crimen en Italia donde está reclamado para el cumplimiento de la cadena perpetua, responde al de un individuo frío y calculador, que tal vez sufra depresión bipolar y también mesianismo. La fiscal lo acusaría de actuar con extrema crueldad en los tres crímenes que perpetró, mientras que su defensa reconoció el asesinato del ganadero, en tanto que aludió a la legítima defensa en el enfrentamiento que le había costado la vida a los dos guardias civiles.
En el juicio volvería a hacer gala de su carácter arrogante, mostrándose altivo y desafiante. De hecho, amenazaría a los funcionarios con matarlos cuando obtuviese la libertad definitiva. Además de la prisión permanente revisable a la que fue condenado, motivo por el cual deberá permanecer un mínimo de 30 años en la cárcel, también sería sentenciado a otras penas que sumaban diez años de prisión por el intento de asesinato de otras dos personas que había realizado diez días antes. Las indemnizaciones a sus víctimas fueron fijadas en más de tres millones de euros, aunque ha quedado patente la insolvencia de este peligroso sujeto.
Feher recibiría la noticia de su condena en la prisión de Zuera, en Zaragoza, a donde había sido trasladado desde Palencia. En esta última había herido a dos funcionarios el día anterior a su traslado a Teruel. Previamente había estado ingresado en la coruñesa de Teixeiro. Debido a su extrema peligrosidad, se encontraba en régimen de aislamiento y a pesar de que tenía derecho a una hora diaria de patio, jamás salía de su celda.
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