Se suicida después de asesinar a tres mujeres en Cedillo del Condado (Toledo)
Seguía siendo la Posguerra una época muy dura para todos los españoles, a pesar de que ya se había superado la peor etapa. Aún así era muy complicado el devenir cotidiano de la mayoría de las familias que no podían satisfacer todas sus necesidades básicas en un mercado dominado todavía por el «Estraperlo», en el que cada cual se las apañaba como podía. La única alegría vendría dada por el Mundial de fútbol, que se celebraba en Brasil, al que acudía España por segunda vez desde 1934. Era una forma de distraer aquellas duras necesidades que agobiaban a una población que sufría en silencio.
En fechas previas al Campeonato del Mundo, una semana antes, concretamente el 17 de junio de 1950, una pequeña localidad toledana, Cedillo del Condado, situada en la comarca de La Sagra Alta, al nordeste de la provincia de Toledo, sería escenario de una tragedia de las que hacen época, en un tiempo en el que el municipio contaba con poco más de mil habitantes, muy lejos todavía del despegue demográfico que iniciaría a finales del siglo XX, que le han llevado a multiplicar su población por cuatro.
Aquel día, cuando ya se atisbaba el verano en el horizonte, un joven agricultor de la localidad, Gregorio Campos López, de 25 años, mantendría una ácida y encendida discusión con quien era su novia, Victoriana Martín Retama, tres años más joven que él a la altura de la alberca en la que esta última se encontraba lavando ropa en compañía de su hermana Aurolia, de 22 años. El joven regresaba a su casa después de haber concluido su jornada matinal de trabajo en el campo.
Armado con dos cuchillos
Después de sostener la agria discusión con su prometida, Gregorio Campos regresaría hasta el paraje hidráulico provisto con dos afilados cuchillos para acometer a las jóvenes que se encontraban haciendo la colada. Sin pensárselo dos veces, acometería por la espalda a Victoriana, quien fallecería prácticamente en el acto como consecuencia de una única cuchillada que le interesaría los pulmones y el corazón.
Desconociéndose los motivos que le llevaron a perpetrar el asesinato de la muchacha con la que mantenía relaciones, tal vez presa de un incontenido furor, se ensañaría posteriormente con la hermana de su primera víctima, Aurolia Martín, una chica de tan solo 19 años, a quien asestaría un total de siete puñaladas, hasta dejarla exangüe. Sin embargo, su carrera criminal todavía no había concluido y faltaba una tercera persona en este trágico escenario.
La madre de las dos jóvenes asesinadas, Guadalupe Retama Martín, una mujer de mediana edad, desconociendo la terrible suerte que habían corrido sus hijas, se dirigió hasta el lugar de autos para llevarles la comida, convirtiéndose esta situación en su sentencia de muerte. Al llegar a la alberca, Gregorio Campos prosiguió su sanguinario ritual, dándole muerte a la mujer de varias puñaladas que terminaron con su vida.
El autor del triple crimen sería detenido prácticamente de inmediato por efectivos de la Guardia Civil, sin que opusiese resistencia, siendo trasladado al cuartel de la localidad.
Suicidio
Después de su detención y tras haberse teñido de luto la pequeña localidad toledana, Gregorio Campos, aprovechando la escasa vigilancia a la que estaba siendo sometido, decidió poner fin a su dramática existencia estrangulándose después de que hubiese atado su cinturon a uno de los barrotes del calabozo en el que había ingresado.
Con su muerte, se llevaba algunos secretos a la tumba. Entre otro el porqué de su injustificable actitud, así como las causas que se encontraban detrás de una discusión que dejaba muy en un segundo plano el Mundial de fútbol de Brasil para la mayoría de los vecinos de Cedillos del Condado.
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