Absuelto por un doble crimen ocurrido hace ya casi 30 años en Lugo

El doble crimen se perpetró en la nave que la empresa Cash Récord posee en el polígono industrial lucense de O Ceao

Ha sido un caso inaudito y único en la historia judicial de España. En febrero de 2023 se juzgó a un único investigado por un doble crimen perpetrado el día 30 de marzo de 1994. En aquella ya lejana fecha aparecían acribillados a balazos dos empleados de la empresa Cash Récord en una nave que posee en el aludido recinto empresarial. Desde entonces las familias de Esteban Carballido y Elena López, las dos personas que fueron asesinados, han luchado hasta la extenuación para que se haga justicia y se vea así resarcida su ansia de cerrar el capítulo más negro y oscuro de la historia reciente de la ciudad de Lugo.

El único encausado responde a las iniciales de J.M.V.C., quien ahora ya es un hombre maduro que supera los cincuenta años. La Audiencia Provincial de Lugo había acordado su procesamiento al ver la jueza encargada de investigar el caso indicios suficientes para someter a juicio a este hombre, quien había vivido a lo largo del último cuarto de siglo en Burgos, trabajando en un negocio de hostelería. El acusado ya había regentado otro negocio de estas características en la zona de vinos de la capital lucense cuando se produjo el doble crimen y en él se centraron las investigaciones desde un principio, aunque los familiares de las víctimas sostienen que aquellos dos brutales asesinatos que conmocionaron a la siempre apacible urbe romana del noroeste peninsular fueron obra de más de una persona. Aún así, confían que con el procesamiento de este hombre se aclaren muchas cosas en torno a aquella matanza que sumió en la zozobra a muchos lucenses.

Tras las deliberaciones llevadas a cabo por los magistrados a la antigua usanza, ya que entonces no estaba en vigor la ley del Jurado, acordaron absolver de todo cargo al acusado por entender que en el procedimiento «No se juzga aquí a la persona del procesado, ni el tipo de vida que llevaba. Ni siquiera si era un hombre que vivía de espaldas a la ley, sino si ese día entró en Cash Record, mató a Elena y Esteban, y se apoderó de la cuantiosa recaudación. Y hay que concluir que no existe prueba suficiente que lo sitúe el día de los hechos en el lugar del crimen, por lo que, en consecuencia ha de dictarse una sentencia absolutoria». Así lo manifiesta de forma literal resolución de la Audiencia Provincial de Lugo, a la espera de que las familias puedan recurrir la decisión del tribunal.

Hasta un total de 40 testigos fueron llamados a declarar por las distintas partes personadas en este caso, principalmente las acusaciones particulares, la fiscalía y también la defensa del encausado, J.M.V.C., a quien se le imputaban dos asesinatos, un robo con violencia de cinco millones de pesetas (30.000 euros al cambio actual) y tenencia ilícita de armas. Tras esta resolución, el caso se complica mucho más y es harto probable que pasé a engrosar la lista de sucesos impunes que pueblan los archivos de los juzgados españoles

Dos asesinatos y muchas irregularidades

El día en que se produjo el crimen había una escasísima actividad en el polígono industrial lucense, ya que coincidió con un fin de semana. Apenas media hora antes de producirse ambos asesinatos, Elena López, una de las víctimas, había hablado por teléfono con su hermana y le había manifestado su preocupación por la salud de su suegro. Le informó que en breve saldría de su trabajo para dirigirse a casa de su familiar, siendo esta la última conversación que mantendrían en su vida. Poco tiempo después, sería encontrada en su despacho tendida en el suelo en medio de un gran charco de sangre, con sendos disparos en la cabeza. El cadáver de Esteban Carballido, reponedor de Cash Récord, fue encontrado en la planta baja, también cosido a balazos, en la planta baja del almacén comercial. Tal y como se desarrollaron los hechos no cabía lugar a dudas que el móvil del doble crimen había sido el robo. Es a partir de ese momento cuando comienzan unas investigaciones que nacerían viciadas y no llegarían prácticamente a ninguna parte, tal y como de ha demostrado hasta este momento.

Para empezar, los encargados de la custodia del caso perdieron parte de la documentación, a lo que se añade que la Policía olvidó, en un primer momento la cámara de fotos con la que realizar las primeras pesquisas. Posteriormente, hubieron de regresar a la comisaría por otro carrete de 24 diapositivas. Un testigo ocular manifestaría que en la tarde-noche de autos vio circular un utilitario, marca Volkswagen Passat, a muy escasa velocidad. En él supuestamente viajaban tres personas, quienes miraban furtivamente hacia todos los lados, como si pretendiesen asegurarse de que no había nadie que pudiese delatar su presencia en el recinto industrial. Si todo ello no fuese suficiente, el mismo testigo declararía que observó unas manchas rojizas en el vehículo, que bien podrían corresponderse con sangre. Sin embargo, la autoridad judicial nunca dio orden de investigar este automóvil, lo que no hace más que añadir un gran misterio al caso, que ya de por sí no tiene poco.

Otras lagunas que presentaba el caso y que no hacía más que añadir interrogantes era la relativa que el dinero de la caja de aquellos días no se hubiese enviado a la central del supermercado en La Coruña, una práctica habitual para evitar tener grandes cantidades de efectivo en el establecimiento. Además, un testigo interrogado por la Guardia Civil aseguraba que el acusado le había propuesto participar en este atraco y él se había negado. Pero este hombre era politoxicómano y ya falleció por lo que su testimonio no podrá ser escuchado durante el acto de juicio.

Huelga de hambre

Si ha habido una persona en la posible resolución de este trágico episodio era Isabel López Rodríguez, hermana de la mujer asesinada, quien para que el caso no fuese relegado a los vetustos archivos de la Audiencia Provincial de Lugo, se declararía en huelga de hambre ante sus instalaciones en el año 2011. Desde entonces ha demostrado un coraje y una capacidad de lucha a prueba de bomba. A ella, que fue una de las personas que encontró los cadáveres en aquella aciaga tarde-noche de primavera de hace ya casi tres décadas, no se le tomaría declaración hasta ese mismo año. El abogado que la representa, Gerardo Pardo de Vera confesaría su incredulidad a los medios de comunicación por esta circunstancia, así como que tampoco se hubiese llamado a declarar al testigo ocular que contempló el vehículo que transitaba por el polígono industrial la tarde de autos.

En los últimos once años, desde cuando se reabrió el caso, el suceso no ha hecho otra cosa que dar un montón de bandazo que no ha hecho otra cosa que incrementar la angustia en que se encuentran sumidas las familias de las dos víctimas mortales, ansiosas de justicia, siendo remitido de un organismo judicial a otro sin ton ni son. Incluso, sería archivado en sendas ocasiones. Sin embargo, en junio de 2021, más de 27 años del doble crimen, fue llamado a declarar el único encausado por los dos asesinatos. La jueza encargada del caso vio algunos indicios que apuntaban a la relación de este hombre con las dos muertes violentas que consternaron a la capital lucense en el año 1994 y lo remitió a la Audiencia Provincial de Lugo para que iniciase el pertinente proceso.

A pesar de encontrarse encausado, J.M.V.C. se encuentra en libertad sin cargo y sobre él no pesa ninguna medida cautelar ni tampoco que impida su movilidad tanto por el territorio nacional como ante una eventual salida al extranjero. Son muchos los que insisten que al haber transcurrido ya tres décadas de un brutal crimen que conmocionó a la ciudad de Lugo, será difícil que las familias de Elena López Rodríguez y Esteban Carballedo vean satisfechas sus lógicas ansias de saber lo que realmente ocurrió en marzo de 1994 cuando dos personas fueron impunemente asesinadas y se situó trágicamente a Lugo en el mapa de la crónica negra española. Aunque, como dice el refrán, «nunca es tarde si la dicha es buena».

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Acerca de

Soy Antonio Cendán Fraga, periodista profesional desde hace ya tres décadas. He trabajado en las distintas parcelas de los más diversos medios de comunicación, entre ellas el mundo de los sucesos, un área que con el tiempo me ha resultado muy atractiva. De un tiempo a esta parte me estoy dedicando examinar aquellos sucesos más impactantes y que han dejado una profunda huella en nuestra historia reciente.

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