Una asesina en serie mata a tres ancianas en Barcelona

Índice

Remedios Sánchez, la asesina en serie de Barcelona

En los primeros días del verano del año 2006 Barcelona vivió con pavor a la actuación de una asesina en serie, cuyas víctimas eran ancianas. Un objetivo probablemente calculado, dada la escasa indefensión y resistencia que presentaba este grupo de edad, dominado por los achaques que le son propios. No eran para nada casualidad que en apenas quince días apareciesen asesinadas tres mujeres de avanzada edad en la Ciudad Condal, además de una forma muy similar. El estrangulamiento era el método que empleaba la cruel asesina, una mujer gallega de mediana edad que era adicta al juego. Su forma de proceder provocaría una gran psicosis en la capital catalana, principalmente entre las mujeres mayores de 70 años que vivían solas, cuya cifra se elevaba a más de 70.000 en aquel entonces.

La primera víctima de Remedios Sánchez fue Josefa Cervantes, conocida entre sus personas más próximas como Pepita. Su modus operandi consistía en ganarse la confianza de sus victimas, mostrando una gran afabilidad y también amabilidad, al extremo de invitarla a su casa, tal fue el caso de esta mujer de 83 años. Ya dentro de su domicilio, una vez dueña de la situación, iniciaba su macabra actuación. Tal es el caso de Pepita, a quien después de proporcionarle una paliza la estranguló colocándole un tapete en el cuello al tiempo que le tapaba las vías respiratorias. Después de haberla asesinado, se apropió de las pertenencias de más valor que tenía en casa. Este primer crimen ocurrió el día 15 de junio de 2006.

En un principio se sospechó que el asesinato de la anciana tal vez hubiese sido obra de algún delincuente de poca monta que conociese los pormenores de la mujer, pero nada hacía sospechar que se encontrasen ante una asesina en serie. Durante este tiempo se sucedieron las denuncias en comisaria por parte de ancianas que habían sido atacadas por una mujer de mediana edad, con marcado acento gallego. No obstante, no se les concedió la importancia que verdaderamente requerían.

El segundo crimen

Cuando todavía no se habían apagado los ecos del primer crimen, el día 28 de junio de 2006 aparecía muerta una segunda anciana en Barcelona, en circunstancias muy similares a la primera. Se trataba de Adelaida Geransanzi, de 96 años. Remedios Sánchez, después de ganarse su confianza y amistad, no dudó en golpearla hasta la muerte, además de estrangularla para cerciorarse de que no dejaba un incómodo testigo. Al igual que había hecho con su primera víctima, también se apropió de las pertenencias que guardaba en su vivienda, entre ellas de algunas joyas así como de 1.200 euros, que posteriormente se gastaría en bingos y locales de juego de la Ciudad Condal.

El segundo asesinato de ancianas alteró la convivencia en la capital catalana, pero nadie sospechaba todavía que se encontraban ante una asesina en serie. Al menos no se tomaron las suficientes precauciones ni se puso el suficiente celo en su captura, lo que daría lugar a que Remedios Sánchez volviese a matar, creyéndose tal vez impune a la acción de la justicia.

Su última víctima mortal fue María Sahún, una mujer de 76 años que vivía sola. Su forma de actuar era casi siempre idéntica. Ganarse la confianza de las víctimas y, una vez dentro de su casa, comenzar con su macabra actuación. A esta última la estrangularía con una toalla el día 1 de julio de 2006. Al igual que había hecho con sus anteriores víctimas, también se apoderaría de todo cuanto tenía en casa, haciéndose con un botín de 500 euros en dinero en efectivo, así como algunas alhajas. Posteriormente, se daría un festín gastándose el dinero en algún bingo y también en las tragaperras.

Los Mossos d´Escuadra, además de encontrarse con tres crímenes que parecían obedecer a una planificación, tuvieron que hacer frente también a cerca de una decena de denuncias de otras tantas mujeres. Todas ellas manifestaban que habían sido atacadas por una mujer que rondaba los cincuenta años, con marcado acento gallego. A todo ello se sumaba el hecho de que uno de los perfiles respondía a ese prototipo descrito por las víctimas, a lo que se añadía que una persona de esas características era frecuente verla gastando dinero en abundancia en locales de juego próximos al domicilio de todas sus víctimas. Pero no era solo eso. De la misma manera, las cámaras de videovigilancia de algún negocio habían captado a la presunta asesina. De lo que sí estaban seguros era que se encontraban ante una asesina en serie que con toda probabilidad fuese adicta al juego.

El día 5 de julio de 2006 era detenida Remedios Sánchez, quien se mostró desafiante ante las fuerzas de seguridad, mostrando una desmedida confianza en sí misma, con la que tal vez pretendía dar a entender que ella era inocente, aunque existían demasiadas pruebas en su contra. Hasta un total de siete mujeres mayores de setenta años declararon haber sido víctimas de los ataques de la asesina en serie. Una de ellas se libró de un destino fatal, debido a que su marido se presentó en el lugar en que estaba siendo atacada, lo que provocó la huida de aquella mujer.

Detrás de la biografía de aquella asesina en serie se escondía un perfil personal que había estado dominado por algunas penalidades. Remedios Sánchez era una mujer que había nacido en el año 1957 en San Cristovo de Dormeá, una aldea situada en el municipio coruñés de Boimorto, el mismo del que es oriunda la cantante Luz Casal. Miembro de una numerosa prole de once hijos, se había visto obligada a emigrar en busca de un sustento que le negaba la tierra que la había visto nacer. Madre de dos hijos, se había separado de su marido a consecuencia de su afición al juego, siendo una jugadora compulsiva tanto de máquinas tragaperras como de casino, encontrándose esta causa muy estrechamente vinculada a su actividad criminal. Todo cuanto conseguía como botín en sus asaltos lo dilapidaba posteriormente en locales de juego, aunque nada justifica sus horribles crímenes.

144 años de cárcel

Con un número de pruebas apabullantes en su contra, en julio de 2008, dos años después de ser capturada, se celebró el juicio en su contra. La mujer quiso desviar la atención de la justicia responsabilizando de los crímenes a una antigua inquilina suya, cuestión que refutó el fiscal aduciendo que no había ni una sola prueba contra esa persona. Por su parte, los psiquiatras que se encargaron de evaluarla manifestaron que Remedios Sánchez no sufría ningún trastorno ni patología de ningún tipo que le impidiese reconocer la gravedad de sus delitos.

Según la versión de los hechos, los jueces consideraron que Remedios Sánchez «asumió conscientemente que podía causar la muerte de las tres ancianas, con los agresivos ataques que desarrolló», y que «conocía el peligro concreto que creó con su conducta para la vida de las víctimas, a pesar de lo cual ejecutó la acción, aceptando la producción del resultado».

 La Reme fue condenada basándose en las abundantes pruebas presentadas contra ella, tanto con el reconocimiento de testigos como por los objetos y joyas robadas halladas en su poder. El tribunal la condenaría por delitos de asesinato o tentativa de asesinato al apreciar que la acusada «buscó deliberadamente a sus víctimas y planeó sus agresiones con el fin de eliminar cualquier defensa y asegurar la ejecución de su propósito», lo que configura la circunstancia agravante de la alevosía.

La pena total a la que fue condenada ascendía a 144 años de prisión, cinco meses y 29 días. De la misma forma, debía hacer frente a indemnizaciones millonarias a todas sus víctimas en concepto de responsabilidad civil, que iban desde los 19.000 a los 120.000 euros, cantidades que con toda probabilidad no ha satisfecho debido a su insolvencia, así como a la actividad delictiva a la que se dedicaba, que era el robo con violencia.

Síguenos en nuestra página de Facebook cada día con nuevas historias

Add a Comment

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Comparte el artículo:

Otros artículos