Dos menores asesinan al conserje de un hotel en Pontedeume (A Coruña)
En 1999 Galicia se encontraba en plena efervescencia en torno a las muchas celebraciones que tenían lugar en la comunidad alrededor de un evento que alcanzaba dimensiones internacionales, el último Año Santo compostelano del segundo milenio. Millares de turistas se desplazaban al noroeste peninsular para gozar de una celebración que había sido ampliamente promocionada por el gobierno autonómico que en aquel entonces presidía Manuel Fraga Iribarne. La comunidad había prosperado mucho en relación a otras décadas y se había liquidado prácticamente la agricultura de autoconsumo, pero ahora debía enfrentarse al reto de la bajísima natalidad. Precisamente este último problema era el que estaba a punto de terminar con poblaciones rurales, algo que antaño no habían logrado las emigraciones a tierras americanas y posteriormente a las europeas.
En el país gallego, como en todas partes, sucedían muchas cosas. Algunas no eran tan positivas como otros, pero pese a todo el territorio continuaba su deambular con sus pros y sus contras. Si hubo una época que no fue precisamente tranquila en Galicia en aquel entonces fue el período primaveral, ya que en el se sucederían un trágico accidente en el que perderían la vida cinco personas en el municipio lucense de Guitiriz. Pero la cosa no terminaría ahí. En aquel breve lapso de tiempo se producirían tres crímenes que les costarían la vida a cuatro personas. Tan solo uno fue esclarecido, el de Cospeito, en el que murieron asesinadas dos personas. Los otros dos se produjeron en el litoral norte, siendo asesinados un empleado de una gasolinera y un conserje de un hotel. Ambos sucesos nunca han sido aclarados de todo y tampoco se ha detenido a sus presuntos autores.
En la madrugada del 19 de abril de 1999 era asesinado el conserje del hotel Eumesa, José Manuel Camino Huertas, de 63 años de edad, a consecuencia de un certero disparo en el pecho que contra él efectuaron dos jóvenes, todavía menores de edad, presumiblemente de nacionalidad colombiana. El suceso se produjo cuando ambos muchachos entraron a robar en el establecimiento, haciéndose con un botín de 100.000 pesetas(600 euros actuales) que correspondían a la recaudación de la cafetería. El cuerpo sin vida del conserje sería hallado por un cliente en medio de un impresionante charco de sangre en torno a las seis de la mañana del día de autos.
Detención en Roma
Apenas un mes después del asesinato del vigilante del hotel, era detenido en la capital italiana un joven de 17 años, Alfredo Zamorano, por agentes de los Carabinieri. Aunque no había testigos en el momento en que se produjo el crimen, sus datos se correspondían con la persona de la que se sospechaba como presunta autora del homicidio. Posteriormente se procedería a su extradición a España para ser juzgado, sin embargo el juez encargado del caso estimó que no había indicios suficientes para incriminar al muchacho. Finalmente, cumpliría una mínima condena en un centro de menores.
El joven, pese a su edad, ya acumulaba un importante historial delictivo a sus espaldas y tan solo dos semanas antes de este suceso había protagonizado una gran trifulca en Ferrol, localidad en la que se había asentado. Posteriormente, en abril del año 2008, sería nuevamente detenido en esta ocasión por asaltar a un conocido empresario en el municipio coruñés de As Somozas, a quien -bajo amenazas- le obligó a que le facilitase la combinación de su caja fuerte, delante de su esposa y sus dos hijas. El otro compinche, que supuestamente le acompañaba la noche en la que se cometió el asesinato del conserje, era conocido como «César», de su misma nacionalidad.
En aquel entonces, abril de 1999, la localidad de Pontedeume y la comarca de Ferrolterra todavía se encontraba consternada por un crimen que se había cometido en la localidad de Laraxe, perteneciente al vecino municipio de Cabanas, en el que hacía menos de un mes había sido asesinado un joven de 27 años, Miguel Ángel Sánchez López, que era empleado de una gasolinera. El móvil del crimen que le costaría la vida fue el robo al establecimiento en que se encontraba de guardia. Sin embargo, los investigadores descartaron que ambos sucesos guardasen relación alguna entre si. Este último suceso todavía sigue sin esclarecer.
Indemnización a la familia
La familia del conserje asesinado sería indemnizada con 90.000 euros, tras una sentencia dictada por el juzgado de Betanzos en abril del año 2010, tras un pleito planteado por la viuda de José Manuel Camino, quien en su escrito de alegaciones apuntaba que el inmueble carecía de medidas de seguridad para un edificio de sus características. El establecimiento había concertado dos pólizas con la aseguradora Cahispa S.A., una de responsabilidad civil general y otro multirriesgo de protección industrial.
La demandante solicitó entonces una indemnización de más de 590.000 euros, a lo que la aseguradora respondió que no procedía lugar a compensación económica alguna porque no había existido actuación negligente o culpable por parte de la empresa hotelera. Sin embargo, el juzgado admitiría en parte la demanda de la viuda al entender que el edificio carecía de los mecanismos de control de acceso al hotel.
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