Barcelona: tres miembros de una misma familia asesinados en Castelladral

La localidad de Castelladral fue escenario de un triple crimen en 1942

En los crudos tiempos de posguerra la actividad de los criminales no disminuyó, pese a que el discurso oficial sostuviese exactamente lo contrario. Incluso, en algunos ámbitos, tal como el estrechamente relacionado con la política, se acrecentaría debido a la actividad que mantenían los miembros del maquis que operaban por distintos puntos de España. En aquellos duros y terribles años del racionamiento, el aceite de ricino, el oscuro pan de centeno, se registrarían algunos episodios que estaban estrechamente vinculados a la situación social de la época, pero de los que apenas se facilitaba información para ofrecer una imagen modélica del país, que distaba mucho de la propia realidad.

Uno de los hechos más trágicos ocurriría en el término municipal de Castelladral, que cambiaría de denominación a mediados del siglo XX, para pasar a llamarse Navás, nombre oficial a día de hoy. En este enclave de los Pirineos, en la comarca de Cardona, aunque el lugar donde se perpetró este triple asesinato mantiene el nombre da antaño al ser una pedanía de localidad. En la época del dramático suceso el termino municipal apenas superaba los 3.000 habitantes, en tanto que en la actualidad duplica esa cifra.

Los hechos ocurrieron en los primeros días de marzo del año 1942 en una masía de Castelladral, cuya hacienda era propiedad de pujantes payeses que vivían honradamente de la agricultura de la contorna, además de atribuírseles una considerable fortuna, hecho que supuestamente habría influido a la hora de ser atacados de una forma muy vil y cruenta, aunque los criminales no demostrarían su profesionalidad al dejar vivo a un pequeño de seis años, quien finalmente resultaría clave a la hora de resolver este episodio que marcaría profundamente a la pequeña localidad, que apenas contaba con un centenar de vecinos.

Heridas múltiples

El espanto y el horror que llevaron los dos autores materiales del triple crimen vendría avalado por el descubrimiento de los tres cuerpos de los miembros de la familia, que presentaban heridas realizadas tanto con armas de fuego como con arma blanca, siendo los tres asesinados en una misma habitación. Allí yacían Domingo Vilanova Puig, de 40 años, su esposa Antonia Serra Suárez, de 38 y su hijo Ramón Vilanova Serra, un adolescente de tan solo 14 años. Nadie en aquel pequeño entorno se explicaba lo que habría podido acontecer en la casa de campo conocida como «Cortesó».

Tras pasar unos día atando cabos, y en vista de que habían dejado con vida al pequeño de la familia, a quien tal vez no se atrevieron a darle muerte debido a su corta edad, se detuvo a diversos individuos que merodeaban por la zona, aunque ninguno respondía a los estereotipos que había facilitado el pequeño de la casa, quien se convertiría en pieza crucial a la hora de resolver este truculento y macabro triple crimen.

Finalmente, algo menos de una semana después del triple asesinato, los vecinos de Castelladral pudieron respirar algo más tranquilos, pues eran detenidos dos individuos, a quienes se relacionó con el maquis, aunque este extremo nunca estuvo claro. Se trataba de dos hombres de mediana edad que respondían a los nombres de José Comella Vila y Andrés Bergueras Simón, a quienes ocuparían diversas armas, tanto blancas como de fuego, así como algunas prendas que estaban ensangrentadas.

En el «hábil interrogatorio» al que fueron sometidos ambos detenidos terminarían por reconocer su participación en el triple crimen de Castelladral. A todo ello se sumó el hecho de que el niño de tan solo seis años reconoció a los autores de la muerte de sus progenitores y su hermano, un testigo incómodo que milagrosamente se salvó de perecer junto al resto de su familia en el transcurso del asalto a su casa.

A partir de ese instante se le pierde por completo la pista a este suceso, desconociendo la suerte que tuvieron los autores del triple crimen. La censura, muy férrea en la época, limitaba casi por completo la publicación de noticias que guardasen relación con hechos como este. Muchas veces se limitaban a escuetas notas de prensa. No hay constancia del veredicto judicial ni tampoco de la suerte que corrieron ambos implicados. Lo que sí es cierto es que no aparecen en las listas de ejecutados o condenados a morir en el garrote vil, aunque ello no quiere decir que no corrieran tan dramática suerte.

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Acerca de

Soy Antonio Cendán Fraga, periodista profesional desde hace ya tres décadas. He trabajado en las distintas parcelas de los más diversos medios de comunicación, entre ellas el mundo de los sucesos, un área que con el tiempo me ha resultado muy atractiva. De un tiempo a esta parte me estoy dedicando examinar aquellos sucesos más impactantes y que han dejado una profunda huella en nuestra historia reciente.