Tres personas asesinadas en Alhendín (Granada) en un enfrentamiento entre un clan de etnia gitana
Alhendín es una bella localidad situada en la zona meridional de la Vega de Granada, prácticamente en pleno centro geográfico de la provincia, lo que contribuye a darle un especial atractivo al encontrarse muy cerca tanto de la montaña como de la costa. Sin embargo, este hermoso lugar se vería conmocionado en aquel sangriento año de 1990 a consecuencia de un triple crimen que se produjo apenas 24 horas después de que a toda España se le hiciese un nudo en la garganta a raíz de la masacre acontecida en la villa extremeña de Puerto Hurraco, en la que los hermanos Izquierdo habían regado de sangre las calles del pueblo después de asesinar a nueve personas y malherir a muchas otras.
Los más viejos del lugar, o tal vez los más pesimistas, sospechaban que entre los miembros de un numero clan de etnia gitana terminase sucediendo una tragedia debido a los constantes enfrentamientos que continuamente se sucedían entre dos ramas del grupo familiar que eran consecuencia directa de la herencia de la abuela Feliciana Gómez, una anciana ciega y sorda que además sufría el abandono de quienes las rodeaban. Su patrimonio era más bien exiguo, pues se componía de una destartalada vivienda en la localidad de El Padul, distante 13 kilómetros de donde se produjeron los hechos sangrientos, y una cuenta bancaria en la que había 300.000 pesetas (1.800 euros al cambio actual).
A pesar de no ser una herencia de gran enjundia, los descendientes de la mujer no cejaban en sus constantes enfrentamientos que tuvieron su punto culminante alrededor de las nueve y media de la noche del día 27 de agosto de 1990, cuando una discusión entre hijos y nietos de Feliciana se saldaría con la muerte de tres personas, los tres residentes en el número 9 de la calle Santo Cristo. Por si todo ello no fuese suficientemente trágico, una pequeña, hija y hermana de los fallecidos, contempló el macabro espectáculo cuando regresaba a su casa después de que estuviese jugando con una amiga.
Discusión
Una vez más, como muchas veces había sucedido hasta aquel entonces, se enzarzaron en una gran discusión a raíz de quien se debería ver favorecido por la herencia, que teóricamente habría de corresponder a «quien mejor se portase con la abuela». Lo que sucedió en el interior de la vivienda es todo un misterio, ya que solamente se cuenta con la versión de los agresores, pues los agredidos fallecieron todos en la trágica discusión.
Lo que sí se sabe es que el principal responsable, y así lo manifestaría ante las autoridades, fue José Carlos Fajardo Gómez, de 18 años de edad, quién según su testimonio habría arrebatado el cuchillo con el que se perpetró el triple crimen a su tía Carmen Fajardo porque esta supuestamente lo habría pretendido acuchillar, extremo este que nunca se ha podido confirmar, dadas las contradicciones en las que incurrió el acusado en el transcurso de la vista oral. Asimismo, declararía también que uno de los miembros de la familia intentó golpear a su padre con una barra de hierro.
Lo único que hay de cierto es que como consecuencia de la sangrienta trifulca, que fue presenciada por dos niños de muy corta edad, fallecieron Carmen Fajardo Gómez, de 41 años de edad, y su hijo Francisco Gómez Fajardo, de 18. El cabeza de familia José Gómez Gómez, de 42 años, moriría dos días después en el hospital de San Cecilio de la capital granadina a consecuencia de las graves heridas que había sufrido, una de las cuales le afectaba a la aorta, por lo que, a pesar de las intervenciones a las que fue sometido no fue posible salvar su vida.
En el entierro que tuvo lugar a los dos días del triple crimen se escucharon proclamas que clamaban por la venganza, siendo uno de los más activos en este sentido un hijo de los fallecidos que se encontraba en aquel momento en prisión. Otros apuntaban directamente a la aplicación de la «Ley gitana», consistente en resarcirse de la misma forma con sus adversarios. «Esto no va a quedar así», dicen que se escuchó de la boca de algunos de los presentes en el camposanto en el que recibieron sepultura las dos primeras víctimas del triple crimen de Alhendín.
39 años de cárcel
Entre los días finales del mes de noviembre de 1991 y principios de diciembre tuvo lugar el juicio contra los tres presuntos autores de las tres muertes de Alhendín, con la Audiencia Provincial de Granada abarrotada hasta los topes de público y periodistas. José Carlos Fajardo Gómez, se autoinculpó del triple crimen, aduciendo que las manchas de sangre encontradas en las zapatillas de su padre se debían a que él utilizaba también aquel mismo calzado. Manifestó también que su progenitor no se encontraba en ese momento en el lugar de los hechos, al tiempo que justificó los tres asesinatos aseverando que las víctimas le habían agredido tanto a él como a su madre.
A finales de diciembre de 1991 se conoció la sentencia, que difirió bastante en relación a la versión ofrecida por el hijo, quien fue condenado a una pena de 13 años de cárcel, al igual que sus padres José Fajardo y Manuela Gómez. La responsabilidad civil quedaba cifrada en cinco millones de pesetas (30.000 euros al cambio actual) para cada uno de los cinco hijos y hermanos de las tres víctimas asesinadas, por lo que el montante total ascendía a 30 millones de pesetas (150.000 euros).
Con la sentencia se ponía fin a un trágico episodio que había tenido lugar tan solo 24 horas después de la matanza de Puerto Hurraco, convirtiéndose en uno de los muchos acontecidos como consecuencia de desavenencias familiares, que son los más duros y también los más escabrosos.
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