Cuatro personas de nacionalidad colombiana asesinadas a tiros en el Puente de Vallecas (Madrid)

El cuádruple crimen ocurrió en la calle Historias de la Radio

A mediados de septiembre de 2001 muchos españoles se encontraban impactados todavía por los sucesos ocurridos en el World Trade Center de New York, después de que dos aviones secuestrados por el grupo terrorista Al Qaeda colisionasen de forma intencionada contra las míticas Torres Gemelas, provocando millares de muertos. Era sin lugar a dudas la gran noticia que había alboreado el nuevo siglo, cuyos efectos se han dejado sentir hasta nuestros días.

En España las noticias eran otras. Una de las principales era la masiva llegada de inmigrantes de otras nacionalidades hasta nuestro territorio, siendo los hispanoamericanos una de las minorías que mejor se adaptaban a las costumbres peninsulares. Con ellos llegaron también nuevos hábitos y prácticas. La mayoría de ellos muy buenos. Otros, no tanto. Entre estos últimos, en más de una ocasión hubimos de habituarnos a escuchar en los informativos distintos episodios de ajustes de cuentas de peligrosas bandas dedicadas a la comercialización de estupefacientes, dejando tras de sí un reguero de muertos.

A primeras horas de la tarde del 17 de septiembre de 2001 los vecinos de uno de los inmuebles de ladrillo visto de la calle Historias de la Radio -curioso nombre, por cierto- se sobresaltaron al escuchar un tiroteo en su mismo edificio, al tiempo que veían un coche blanco en el que viajaban dos o tres personas que abandonaba el lugar a una gran velocidad. Era, con toda seguridad, en el que viajaban los autores de uno de los crímenes más espeluznantes cometidos por las siempre peligrosas y nada escrupulosas bandas colombianas que se dedican al narcotráfico.

Llegada de la Policía

Después de que los vecinos hubiesen alertado al 112 se desplazó hasta el lugar de los hechos una patrulla de la Policía Nacional del Puente de Vallecas que se encontró con la puerta de la vivienda en la que se habían escuchado los disparos abierta. En su interior yacían los cuerpos sin vida de dos mujeres, una de ellas de mediana edad en tanto que otra más joven. Otras dos personas, entre ellas otra mujer y un varón de unos 35 años se debatían entre la vida y la muerte después de que hubiesen sido acribillados a balazos. Los agentes procedieron a llamar al 061, presentándose inmediatamente una dotación en el lugar. La mujer fallecería cuando era trasladada hasta el hospital Gregorio Marañón a consecuencia de la gravedad de sus heridas.

El hombre fallecería al día siguiente también por la misma causa que sus otros tres compatriotas. Presentaba dos heridas de bala en el rostro, otra en el pulmón y una cuarta en un brazo. No fue posible salvarle la vida. La Policía no facilitaría la identidad de ninguno de los fallecidos, aunque siempre barajó la hipótesis de que el crimen había sido como consecuencia de un ajuste de cuentas por cuestiones relacionadas con el tráfico de estupefacientes.

En el interior de la vivienda los investigadores encontraron un polvo blanco, posiblemente cocaína, así como una báscula de precisión para calcular las dosis. Del único varón asesinado en este cuádruple crimen se supo que había llegado a España hacía muy escasos días, después de que se hiciese con el pasaporte en el mes de agosto de aquel año, 2001. De él se especuló con la posibilidad de que fuese uno de los miembros de la banda que dio muerte a las tres mujeres o bien un individuo que se encontraba ocasionalmente en el lugar de autos que fue liquidado para evitar posibles testigos.

Bandas colombianas

La Policía sostuvo desde el primer momento que el cuádruple crimen había sido perpetrado por una de las temerosas y peligrosas bandas colombianas que operan en el mundo del narcotráfico, así como por su modus operandi. Asimismo, dedujo también que los asesinatos habían sido ejecutados por dos sicarios contratados a tal efecto y que se habrían fugado del país prácticamente de inmediato, trasladándose hasta la capital colombiana, Bogotá.

Los disparos que terminaron con la vida de las cuatro personas en la calle Historias de la Radio habrían sido efectuados a muy corta distancia, asegurándose en todo momento de su objetivo, siendo obra de profesionales que supuestamente habrían llevado a cabo acciones muy similares a la ocurrida en el Puente de Vallecas. A pesar de los esfuerzos realizados por los investigadores del Cuerpo Nacional de Policía este crimen, tan poco habitual en la España de comienzos del siglo XXI quedaría impune y, dadas las circunstancias con muy pocas posibilidades de resolverse.

Desgraciadamente no sería el único episodio relacionado con el narcotráfico que sucedió en nuestro país en lo que va de tercer milenio. Le seguirían otros capítulos. Todos ellos muy crueles y sanguinarios en las que estaban presentes las temerosas mafias colombianas, que no solo no tienen escrúpulos, sino que actúan de una forma muy radical y terrible, sin importarles a quienes se puedan llevar por delante. Y es que el mundo del narcotráfico tiene una jerga y unos códigos muy difícilmente comprensibles para el resto de los mortales, quienes saben que las drogas matan. Y de muchas maneras.

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Acerca de

Soy Antonio Cendán Fraga, periodista profesional desde hace ya tres décadas. He trabajado en las distintas parcelas de los más diversos medios de comunicación, entre ellas el mundo de los sucesos, un área que con el tiempo me ha resultado muy atractiva. De un tiempo a esta parte me estoy dedicando examinar aquellos sucesos más impactantes y que han dejado una profunda huella en nuestra historia reciente.