Asesinado un joven que había matado a su novia doce años antes en Salamanca ¿Una venganza?

Salamanca

Hay quien dice que la venganza se sirve en plato frío, mientras que otros dicen que no se puede olvidar jamás. Y mucho menos la muerte violenta de una hija, aunque quienes conocían Eloy Gómez, un guardia civil jubilado de 61 años, lo consideraban incapaz de rumiar durante más de diez años una venganza contra el autor de la muerte de su hija Mercedes Gómez Calvo, una adolescente de quince años asesinada el 31 de marzo de 1973 por quien entonces era su novio, Miguel Ángel Marcos Prieto, de 19 años.

Sea como fuere, lo cierto es que el propio Miguel Ángel Marcos, casi trece años después de haber dado muerte a la muchacha, volvería a protagonizar la página de sucesos de los distintos diarios nacionales tras aparecer su cuerpo con nueve impactos de bala el 7 de febrero de 1986, apenas cinco meses más tarde después de haber obtenido la libertad condicional y tras haber protagonizado algunas aventuras impropias de una persona que fuese capaz de controlar sus estribos. El cadáver de Miguel Ángel aparecería en las proximidades del Hospital Clínico de Salamanca.

La violenta muerte del joven impactaría en la capital charra y a muchos de sus ciudadanos se les venía ahora a la mente el trágico suceso que había protagonizado Miguel Ángel Marcos trece años antes. Apenas dos horas después del hallazgo de su cuerpo sin vida, era detenido Eloy Gómez, el padre de Mercedes Gómez Calvo, la quinceañera a la que había dado muerte quien ahora aparecía brutalmente asesinado en el turbulento año de 1973. En su poder se halló una pistola Star, del calibre nueve, para la que poseía la oportuna licencia, pues había sido durante muchos años agente de la Benemérita y ahora se dedicaba al mundo empresarial, siendo muy conocido en la capital salmantina. La munición hallada en el cargador del arma de Eloy era idéntica a los casquillos hallados en las inmediaciones del cadáver de Miguel Ángel Marcos. Sin embargo, el crimen quedaría impune y jamás se pudo demostrar quien se había encargado de asesinarlo. Su abogada, Soledad Manso, declararía al digital SALAMANCA 24 HORAS que el crimen pudo obedecer a raíz de algunos problemas que había tenido el joven en prisión, descartando que fuese el padre de su víctima quien se hubiese tomado la venganza.

Asesinato de Mercedes Gómez

En marzo de 1973 España ya estaba en los últimos estertores del franquismo y todo parecía «atado y bien atado». Salamanca era una ciudad apacible en la que cada año se daban cita millares de universitarios para cursar estudios en su ya casi ocho veces centenaria Universidad, una de las más prestigiosas y acreditadas del país. Sin embargo, un suceso luctuoso interrumpió el devenir de aquella noble urbe a finales del mes marzo. El suceso se produjo cuando una pareja se disponía aparentemente a gozar de una tarde de sábado en el campo, sin que nada les sobresaltase. El joven portaba una bolsa de plástico en su mano izquierda, mientras que con la derecha ayudaba a sortear a su acompañante algunas piedras del camino. Un labrador los estuvo observando a cierta distancia, aunque sin dar mayor importancia al hecho.

Después de haber recorrido aproximadamente unos tres kilómetros, los dos jóvenes se introdujeron en un chozo de piedras calizas. Al cabo de una hora el mismo labrador que los había observado escuchó un par de descargas de una escopeta. Miguel Ángel, nervioso, oteó a su alrededor, mientras entre quienes se hallan en las proximidades ha cundido ya la alarma. La Guardia Civil del puesto de Los Pizarrales ya está en sobre aviso de que algo ha podido suceder en el tranquilo campo salmantino. Junto al mismo trabajador del campo, otros dos hombres se dirigen hacia el chozo donde observan un objeto que parece recordarles a una muñeca de grandes dimensiones. Se acercan y comprueban que se trata del cuerpo ya exangüe de Mercedes Gómez, una joven de quince años que estudia cuarto de bachillerato. Su cadáver presenta dos impactos de metralla, uno en un brazo y otro en el corazón, suficientes para arrebatarle su corta existencia.

Miguel Ángel Marcos es detenido en las inmediaciones del cementerio de Salamanca, muy cerca de donde treces años más tarde sería hallado su cadáver con nueve impactos de bala. Con él lleva las ropas de la joven a la que ha dado muerte y que se encuentran completamente ensagrentadas. Allí mismo lleva diez cartuchos, un puñal y la carabina del calibre 16 con la que ha asesinado a la muchacha.

Mercedes Gómez gozaba de una gran reputación entre sus amigos y conocidos, además de ser una persona que interviene en distintas actividades en la capital salmantina. De hecho, era miembro de la junta directiva de la Casa de la Juventud de Salamanca y había propuesto que se llevase a cabo una conferencia sobre delincuencia juvenil en el centro tan solo veinticuatro horas antes de ser asesinada. A su sepelio asisten millares de escolares salmantinos y su cuerpo es introducido en un ataúd blanco y es enterrado en el cementerio de la capital charra.

Pena de Muerte

Once meses después del crimen se celebra en la Audiencia Provincial de Salamanca el juicio contra Miguel Ángel Marcos Prieto. En el transcurso de la vista oral da pruebas de sus desequilibrios mentales, pues en un momento dado grita que amaba a la joven a la que le había dado muerte. En primera instancia es condenado a 28 años de prisión mayor, insuficiente en la opinión de la parte acusadora, quien recurre al Tribunal Supremo. Este organismo atiende sus peticiones y el joven es sentenciado a la pena capital el día 10 de diciembre de 1974. No obstante, unos meses más tarde, atendiendo las súplicas de su defensa, en mayo de 1975, el Consejo de Ministros concede al muchacho la gracia del indulto, siendo sustituida la máxima pena por la accesoria que le había impuesto el organismo de justicia provincial de Salamanca.

La vida de Miguel Ángel Marcos Prieto en la prisión no será aparentemente turbulenta, pues se granjea la amistad de los funcionarios con el objetivo de alcanzar algunos beneficios penitenciarios. Así, en 1979 consigue su primer permiso y se dirige a su ciudad natal. Un hombre de sus mismas características físicas es avistado en el cementerio donde reposa el cuerpo de Mercedes Gómez Calvo. La sepultura de esta última aparecerá embadurnada de pintura roja, pero nunca se pudo demostrar que hubiese sido él.

Trasladado al penal de Santa Cruz de Tenerife, se le concede un nuevo permiso penitenciario con la condición expresa de que no pueda salir de las islas. Aún así, consigue un documento nacional de identidad falso y regresa a Salamanca. Un joven con su mismo aspecto es visto merodeando por el cementerio. Allí supuestamente le habría puesto una navaja al cuello a una muchacha. Posteriormente roba una carabina en una armería de la capital charra, que le cuesta una pena de cuatro años más de cárcel por el delito de robo. Su odisea terminar de nuevo de muy mala manera.

El 23 de febrero de 1979, los psiquiatras que le habían atendido en la prisión dictaminan que padece «sufrimiento cerebral difuso. Carácter enigmático,silencioso y sombrío. No se relaciona con nadie. Experimenta impulsos que no es capaz de controlar debido a causa patológica. Personalidad paranoica y esquizoide. No es responsable de la conciencia del delito». En septiembre de 1985 obtiene la libertad condicional. Con el apoyo de su familia, se dedica a la cría de pájaros y se dedica a preparar unas oposiciones para el ingreso en la Seguridad Social. Sin embargo, sus ansias de reinsertarse se ven abruptamente cortadas en febrero del año siguiente en un crimen que jamás ha conseguido esclarecerse. Sus restos mortales descansarían en el mismo camposanto que lo hacían los de Mercedes Gómez, a menos de quinientos pasos de distancia.

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Acerca de

Soy Antonio Cendán Fraga, periodista profesional desde hace ya tres décadas. He trabajado en las distintas parcelas de los más diversos medios de comunicación, entre ellas el mundo de los sucesos, un área que con el tiempo me ha resultado muy atractiva. De un tiempo a esta parte me estoy dedicando examinar aquellos sucesos más impactantes y que han dejado una profunda huella en nuestra historia reciente.

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