Dos gemelas entierran viva a su hija recién nacida en Lugo
El año 1992 pasaría a la historia, no solo por las Juegos Olímpicos de Barcelona y la Expo de Sevilla, sino también por diversos sucesos truculentos. Muchos de estos desgraciados acontecimientos ocurrieron en Galicia, siendo sus tristes protagonistas hasta un total de cuatro niños, quienes perderían la vida a manos de personas desalmadas y crueles.
En dos de estos hechos de triste recuerdo, los criminales utilizaron el mismo sistema, que no fue otro que enterrar vivos a sus criaturas, como si de un macabro ritual se tratase. Uno de ellos ocurrió en Vigo en el mes de febrero. Apenas cuatro meses más tarde, cuando los gallegos todavía no se habían repuesto del trágico «Crimen de la maleta» -en el que había sido asesinado un niño por una socia de su madre-, dos hermanas gemelas, que se encontraban embarazadas al mismo tiempo, decidían terminar con la vida de uno de los bebés recién nacidos el día 18 de mayo de 1992 y darle sepultura inmediata en el terreno anexo a su vivienda en la parroquia de Augas Santas, en el municipio de Palas de Rei.
El hecho criminal sería descubierto unos días más tarde. La madre de ambas hermanas gemelas, Concepción y Ana María Vázquez, decidió llamar a un médico de la localidad de Palas de Rei en vista que el estado físico de la primera, que presentaba una hemorragia perineal, para que tratase a su hija, quien no estaba dispuesta a recibirlo. Para poder intervenir, el galeno debió de acudir acompañado del juez de paz y dos agentes de la Guardia Civil, quienes muy pronto esclarecerían las circunstancias de aquel trágico acontecimiento.
Encerradas en la habitación
Según se dedujo de las investigaciones realizadas, el día en que Concepción rompió aguas se encerró en la habitación con su hermana, quien la asistió en el parto, aunque sin ninguna experiencia ni tampoco conocimiento de la situación que vivía su gemela. Una vez que la criatura nació, ambas hermanas la introdujeron en una bolsa de plástico y le dieron sepultura, cuando se supone que aún estaba viva, en el terreno próximo a la vivienda. Poco después, amenzarían duramente a su madre con matarla si contaba algo de lo que había sucedido.
En vista que la situación de su hija no mejoraba, la madre de la parturienta se dirigió a un teléfono público para dar aviso a un médico y también a los agentes de la Benemérita, quienes encontrarían el cuerpo de la pequeña en el lugar donde les había indicado Concepción, la joven que había dado a luz. Su madre declararía a las cámaras del centro de TVE en Galicia que el bebé había sido asesinado por sus hijas.
Al descubrir el crimen, los agentes procedieron a la detención de la joven, quien sería detenida en el acto, aunque ingresaría en un principio en el Hospital Xeral de Lugo para poderse recuperar de la hemorragia que había sufrido como consecuencia del parto. De igual modo, también sería detenida su hermana, Ana María, quién también se encontraba embarazada, por su complicidad en el crimen. Ambas ingresarían en el penal de Bonxe.
Al parecer la familia de las jóvenes que mataron a la criatura estaba pasando por diversas adversidades de carácter patológico, ya que el padre de las gemelas que dieron muerte a la criatura comenzaba a presentar algunas señales de un cuadro de esquizofrenia.
Condena leve
La joven Concepción Vázquez sería condenada únicamente a dos años de prisión por considerar la Audiencia Provincial de Lugo que había cometido una imprudencia temeraría, al entender que la niña había fallecido por asfixia. Su hermana sería setenciada únicamente a tres meses de cárcel y al pago de una sanción de 200.000 pesetas (1.200 euros al cambio actual), acusada por un delito de inhumación ilegal.
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