Mata a su hijo y se suicida en Oia (Pontevedra)
En el mes de octubre de 1979 un extraño suceso conmovió a los vecinos de Santa María de Oia, un pequeño municipio del Baixo Miño y las Rías Baixas, muy próximo a Vigo. Una brutal estupefacción se apoderó de su vecindario al hallarse los cadáveres de un padre y su hijo muertos de forma violenta en la casa en la que residían en la parroquia de Mougás. Presentaban disparos de arma de fuego, realizados, aparentemente, a muy corta distancia. Nadie se imaginaba que les había podido haber ocurrido. Ambos fueron encontrados por una hija de Juan Rodríguez Esteiro que se había trasladado desde Madrid a su localidad natal. Al encontrarse con tan tétrico panorama, la joven salió implorando gritos de auxilio, dirigiéndose posteriormente al cuartel de la Guardia Civil de la localidad.
Juan Rodríguez Esteiro era un conocido decorador de la localidad y tenía 52 años en el momento de producirse su óbito. Mientras, su hijo, que llevaba el mismo nombre que su progenitor, era un joven adolescente de 17 años de edad y estudiaba COU en un instituto de la comarca del Baixo Miño. El decorador poseía una acreditada tienda en Vigo, mientras que el hijo, cuando no estudiaba, se dedicaba a hacer las labores de comercial por el resto de Galicia.
En un principio comenzaron a rondar hipótesis de todo tipo. Una de ellas decía que al parecer ambos estaban amenazados de muerte. Parece ser que el mismo alcalde de la localidad había oído algunas de estas amenazas, aunque este extremo nunca pudo verificarse. De la misma forma, se especuló con la posibilidad de que padre e hijo fuesen objeto de un robo con violencia, siendo esta la teoría que alcanzaba mayor fuerza.
Cartas mecanografiadas
Sin embargo, se hallaron unas cartas escritas a máquina que despejaron todas las dudas que planteaba aquel rocambolesco y sanguinario suceso. A pesar de ello, los investigadores non acababan de dar crédito a las misivas, pues al parecer Rodríguez Esteiro no tenía por costumbre escribir a máquina. Se aseguraba que siempre o casi siempre escribía a mano.
En las misivas, después de que los investigadores realizasen las pertinentes comprobaciones, se especificaba que el decorador se encontraba en una difícil situación económica, por lo que había decidido acabar con la vida de su hijo, que presentaba un disparo en el hemitórax derecho. Por su parte, el padre tenía la cara y la cabeza destrozadas como consecuencia del impacto ocasionado por la metralla que le acabaría con la vida. La certidumbre de la autoría de las cartas se verificaría posteriormente al saberse que el parricida y suicida había dirigido también sendas misivas a dos directores de otras tantas sucursales bancarias de la localidad en las que les manifestaba el deseo de acabar con su vida en caso de no solucionarse la difícil situación financiera que atravesaba.
Al parecer, la hija -que era fruto del primer matrimonio del decorador- se había trasladado desde Madrid hasta su localidad natal después de haber mantenido una conversación telefónica con su padre. Nunca se supo de que hablaron, pero todo parece indicar que el progenitor le expuso de algún modo el estado de ánimo tan desesperado en que se encontraba. Sin embargo, la hija nada pudo hacer para evitar tan cruel tragedia que provocó una profunda consternación y dolor en una de las más preciosas localidades de las Rías Baixas galegas.
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Interesante, y me gustó mucho el léxico utilizado, una delicia!
En primer lugar, darte mis más expresivas gracias por haberte dignado en visitar mi blog. Agradezco mucho tu impresión y también tu participación comentando el reportaje. Un saludo muy cordial y afectuoso.
Hola cendan, me ha interesado mucho el relato que acabo de leer,puesto que tenía una espina clavada en el recuerdo desde que era niño,y te cuento esto porque mi difunto padre era de la parroquia de viladesuso ( parroquia do concello de oia también y próxima a mougas).., y el asunto es que este caso fue en efecto muy sonado en la zona por lo violento y extraño.
Si no me equivoco de ubicación, se trata de un parricidio que ocurrió en un chalet que el padre ( posiblemente parricida ), y el joven asesinado, tenían al lado justo de la antigua depuradora de marisco que se halla a los pies de cabo silleiro que todavía se conserva, pero en estado ruinoso.
El solo hecho de visitar el lugar,te produce ya en sí cierta inquietud, y es como si no quisieses quedarte allí más tiempo del necesario,como un lugar marcado por la tragedia,aparte del tétrico pero admirable dimensión que la antigua cetarea que está a escasos metros del chalet abandonado….
En fin,te agradezco que escribiese este relato que tan oculto se mantuvo durante mucho tiempo y que no es fácil encontrar información sobre este trágico suceso…